El objetivo de esta práctica es estirar las distintas partes del cuerpo con la idea de lograr mayor flexibilidad. Los movimientos se realizan en forma lenta y tomando consciencia de las partes involucradas (los músculos, tendones, huesos, que se van poniendo en acción en cada ejercicio). En esta disciplina se aprende a relajar y concentrarse y tiene beneficios múltiples: evita que nos lesionemos fácilmente, reduce el cansancio y tonifica los músculos, favorece la coordinación, previene calambres, mejora la postura al ayudar a despegar las vértebras y fortalecer la columna. Su práctica es ideal para acompañar todo tipo de actividad deportiva.